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17. Diez curiosidades de la universidad en Estados Unidos

Hello! 

Se me ha propuesto hacer una entrada hablando de algo de lo que sea “friki”. He tardado tanto en hacerla porque soy una persona curiosa a la que muchas cosas le parecen interesantes y que me cuesta decantarme por un solo tema. A lo largo de mi vida he tocado muchísimos palos, he ido a clases de pintura, he probado distintos idiomas y deportes, he tocado varios instrumentos, me encanta leer, etc. Sin embargo, si de algo soy verdaderamente “friki” es de viajar y empaparme de la cultura e historia de allá donde esté. Dicho esto, he decidido escribir sobre algo que he tenido la suerte de conocer a fondo y desde dentro y que creo que interesará a los lectores de este blog: la universidad en Estados Unidos. 

Como bien comenté en mi primera entrada, he pasado dos años estudiando y dando clase en la universidad pública estatal de West Virginia. De esta manera, tengo muy claro la imagen que tenía de la vida universitaria antes de ir y con lo que me encontré y fui descubriendo a lo largo de esos dos años. Algunas cosas confirmaron el estereotipo que tenemos los europeos y otras cosas supusieron un fuerte e inesperado choque cultural. De esta manera, y para no hacer de esta entrada algo interminable, he pensado contar diez cosas que, en mi opinión, no habría podido saber si no hubiera vivido esta experiencia. 

1. La primera es que la universidad no es otra cosa que una empresa. Estamos hablando de la cuna del capitalismo y este hecho se ve reflejado también en la educación universitaria. La universidad no deja de buscar el beneficio económico y, por lo tanto, en muchas ocasiones, los alumnos son tratados como clientes. De esta forma, el profesor tiene que procurar su bienestar y felicidad a la vez que procura no obtener quejas. Al final de cada semestre los alumnos completan una evaluación donde dan su opinión sobre la clase y el profesor y esto se tiene muy en cuenta. Tu puesto de trabajo puede depender de la opinión de tus alumnos.

2. Otro hecho que me costó comprender es que los estudios universitarios en Estados Unidos no funcionan igual que el sistema de la universidad española. Los alumnos pueden elegir cualquier tipo de asignatura y, si llegan a un número de créditos de una especialidad, consiguen un major o un minor. No sabéis que cara se me quedó cuando el primer día de clase pregunté a los alumnos que de qué carrera eran y algunos me dijeron “undecided”. Esto significa que los alumnos undergraduate no solicitan una plaza en unos estudios específicos, solicitan plaza en una universidad. Después, una vez aceptados, eligen junto con su advisor qué asignaturas quieren cursar. No es muy extraño encontrarte con alumnos que el primer año se dedican a cursar asignaturas de especialidades muy diferentes para probar y decidir que major quieren hacer. Además, en la universidad puedes cursar asignaturas tan variopintas como hípica, yoga o alfarería. Sin embargo, si tu major es geografía no contribuirán a ese mínimo de créditos que requiere esa especialidad para obtener el título.



3. En Estados Unidos se busca que los alumnos estén continuamente motivados. De esta manera, me encontré con unos criterios de calificación mucho más relajados que a lo que estamos acostumbrados en España. Solo os digo que el primer examen que tuvieron mis alumnos me tocó corregirlo dos veces: la primera fue con mi idea de evaluar y la segunda con la de mi coordinador. Esta forma de corregir supone que, si un alumno contesta mal no se le pone un cero, el alumno cuenta como mínimo con la mitad de la pregunta solo por haber contestado. A su vez, la mentalidad de los estudiantes es que parten de un 100 en los exámenes y proyectos y, desde ahí, se les restan puntos por fallos.

4. Una curiosidad que me costaba entender es el uso del lápiz para TODO. No sé cuantas veces tuve que repetir que me hicieran los exámenes con un bolígrafo. Al final, tuve que rendirme pues nadie tenía uno en el estuche. Era comprar bolígrafos para todos o claudicar.

5. Si hay algo que caracteriza la educación universitaria en este país es que es CARÍSIMA. Mis alumnos pagaban alrededor de 20.000 dólares por curso y claro, multiplica por cuatro o cinco años. Esta cifra desorbitada provoca que la mayoría dependen de préstamos que se tardan años en devolver o de becas que dependen de notas. Lo que significa que, por ejemplo, un alumno puede necesitar un mínimo de una B para mantener esa beca. ¿Adivináis qué produce esto? PRESIÓN. A raudales. Hacia ellos mismos y hacia los profesores que muchas veces nos sentíamos “muy queridos” por las decenas de correos que recibíamos cuando se acercaba el final del semestre. 
A su vez, muchas asignaturas cuentan la asistencia a clase. Este era el caso de Spanish y no os podéis creer el detalle de ciertos correos que me mandaban para justificarlas. Algunos incluían fotos de ellos en una cama de hospital, imágenes de lo que quiera que les hubiera pasado (tengo fotos en mi ordenador de unas cuantas reacciones alérgicas y de varios atascos) y excusas de lo más absurdas (“no he podido ir a clase porque mi amigo se mudaba y tenía que ayudarle”). También me han intentado colar todo tipo de justificaciones falsas.

6. Ser miembro de uno de los equipos deportivos de la universidad o formar parte del ejército de los Estados Unidos son dos factores que se valoran y promueven. De esta forma, los deportistas y militares tenían carta blanca para faltar a clase y se les tenían que dar todo tipo de facilidades para recuperar cualquier práctica, proyecto o examen al que hubieran faltado por este motivo. Cuando tienes uno de estos alumnos en clase aprendes rápido que son prácticamente intocables y que vas a tener que hacer todo lo posible para que aprueben. El deporte universitario mueve mucho dinero y esto se refleja en las aulas.



7. Si hay algo que define a una gran parte de los alumnos americanos es PASOTISMO. Tiene una actitud muy pasota en el aula y esto es visible en cosas como su vestimenta. No os podéis imaginar lo normal que es tener a alumnos en clase en pijama. Sí, sí, en pijama. Se han levantado de la cama (muchos viven en el propio campus), se han calzado unas chanclas o unas botas (dependiendo de la estación) y se han presentado en clase. La versión online es conectarse a clase, poner la cámara y estar metido en la cama (tapado con el edredón y todo). También es necesario repetir (amablemente, claro) que se tienen que quitar los cascos en clase, que oigo desde mi mesa la cancioncita de hip hop. Relacionado con esto, no es tan raro que estén comiendo mientras están en clase. Y no, no hablo de una barrita energética o unas nueces. Hablo de alumnos que se vienen con todo el McMenú o todo el desayuno. Una vez tuve un alumno que se había traído el café, el bagel, el queso Philadelphia y el cuchillo para ir untándolo. Un espectáculo.

8. TODO gira en torno a la universidad. Allí cuando conoces a alguien no preguntas qué has estudiado, preguntas en qué universidad. El himno de la universidad (en la WVU era la canción Country Roads) suena a las doce en todo el campus y se canta en cada evento deportivo o de importancia. Los alumnos y profesores van vestidos de arriba abajo con prendas de la universidad y las matriculas de los coches tienen el logo bien visible. También es muy común ver a alumnos con tatuajes relacionados con la universidad donde han estudiado. Esta unión es posible porque la gran mayoría de las universidades están un poco en mitad de la nada y todo el ocio, la residencia y los eventos deportivos y culturales está planificados por la universidad.



9. Si algo tengo que resaltar de la educación universitaria americana es la importancia que se le da a la diversidad. Es muy habitual que haya en clase alumnos con dificultades a la hora de hacer exámenes. La universidad facilita en todo momento que estos alumnos tengan todas las facilidades posibles para que tengan éxito en la asignatura. Por lo tanto, he tenido unos cuantos alumnos que necesitaban hacer el examen sin la presencia de sus compañeros, que precisaban más tiempo para completarlo o que requerían que alguien les leyera en voz alta el examen. Para estos casos la universidad cuenta con un área de la biblioteca donde a estos alumnos se les conceden estas peticiones a la vez que el resto de la clase realiza el examen en el aula. ¿Tiene esto que ver con la idea que he explicado en el primer punto de que los alumnos son clientes? Puede, pero vamos a quedarnos con la parte buena de todo esto, ¿no?

10. Por último, veo necesario hablar de la visibilidad y consideración que se le da a la salud mental en el contexto de la universidad. En la WVU los alumnos y profesores cuentan con un centro gratuito donde se les ofrece apoyo psicológico. Este centro es el que regula las opciones que he mencionado en el punto anterior y nos informan a los profesores cuando algo no va bien con algún alumno (los profesores no podemos decirles nada al respecto si ellos no vienen a nosotros a contárnoslo). Debemos tener en cuenta que los estudiantes americanos cuentan con bastante presión y esto se intenta paliar de la mejor forma posible. En época de exámenes las paredes de todos los edificios del campus se llenan de carteles que indican qué hacer en caso de crisis emocional. También, todas las puertas de los baños tienen una pegatina con el teléfono de asistencia psicológica de emergencia. Otra cosa que no es muy extraño ver en la universidad son estudiantes acompañados de perros de terapia. Son perros adiestrados para aportar apoyo emocional a alumnos que estén pasando por un mal momento. Estos animales son admitidos en todo el campus. En clase también. Yo no he vivido esta experiencia, pero alguno de mis compañeros tuvo que dar clase con un perro sentado en mitad del pasillo. Ahora, eso sí, según lo que me han dicho, ni movían la patita.


Espero que estas diez curiosidades os hayan resultado interesantes y novedosas. Esta experiencia me ha enseñado muchísimo. Creedme, me dejo más cosas en el tintero pero podríamos estar aquí meses. ¡Si tenéis cualquier pregunta no dudéis en escribirme un comentario!

See you soon!

Comentarios

  1. ¡Hola Eva! Tu entrada me ha resultado muy interesante, y tengo una dudilla... ¿cómo fue eso de estar allí durante parte de la pandemia?

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    1. Hola Marta, muchísimas gracias por tu comentario.
      Pues que quieres que te diga, entre lo pasotas que son y la importancia que dan a su tan ansiada "libertad" estaba claro que no iban a llevar bien que el gobierno les diga que se queden en casa, que se pongan una mascarilla o que se vacunen. Y así les ha ido. Yo viví allí los primeros meses de pandemia (hasta que en mayo por fin conseguí un vuelo) y vi vida bastante normal. Con vida normal me refiero a cero unidades de mascarillas por la calle, restaurantes, bares y discotecas con vida totalmente normal desde abril-mayo y restricciones totalmente inexistentes. Había recomendaciones pero poco más.
      Donde más se lo tomaron en serio fue en la universidad que rápidamente puso clases online y, este año, pagó bastante dinero para que todos los alumnos, profesores y staff de la universidad pudieran vacunarse. Spoiler: fuimos los internacionales corriendo y pocos más. Sobraban vacunas por todos lados.

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  2. ¡Me ha encantado la entrada! He de decir que algunas cosas las conocía gracias a mis novelas adolescentes romanticonas que se ubican en los campus universitarios, pero me parece increíble que todo sea verdad.

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    1. ¡Muchas gracias Laura! La realidad supera la ficción, te lo aseguro 😂

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  3. ¡Una entrada genial! Muy interesante y curiosa.
    Es fantástico saber detalles de primera mano sobre como funcionan realmente los campus universitarios en Estados Unidos.

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